P: “Todo me va
mal, no sé qué hacer”… espetaba C., una chica adolescente de 4° de Enseñanza
Media con su mirada baja. Había peleado con la mamá, el pololo, los abuelos. En
el curso había tenido algunos problemas con compañeros…Las cosas no le andaban
bien y se encontraba desorientada…
T: “Voy a
hacerte una pregunta un tanto extraña. Pero escúchala atentamente a ver que
encontramos.”
“Supón que por
la noche ocurre una especie de milagro… y la razón por la cual estás aquí, todo
esto de lo que hemos hablado, desaparece. Es un milagro así es que puede
ocurrir un cambio en cualquier ámbito. Tu no sabes que en la noche operó este
milagro pero las cosas están distintas al día siguiente. ¿En qué notarías que
el milagro ocurrió?”
P: “Bueno”,
contesta C.…” primero amanecería feliz, con ánimo. Me miraría al espejo y me
encontraría bonita. Siempre que me miro me encuentro fea y como que destaco mis
defectos. Mi mamá sería más cariñosa conmigo… y yo también con ella. No me
importaría lo de mi pololo. Me comportaría como mis compañeras porque yo soy
como una vieja amargada. Me comportaría como de mi edad y disfrutaría muchas
más cosas… saldría nuevamente con amigos y la pasaría bien. En mi casa las
cosas seguirían igual pero a mi no me importaría. Como que podría seguir siendo
feliz y los problemas de mi casa no me tocarían… “
T: ¿Quién
notaría el cambio?
P: Mi mamá, mi
abuela, mi abuelo…
…….
T: ¿Qué vería
tu hermano menor diferente en ti?
P: Oh…. Qué
fuerte. Mi hermano vería que su hermana mayor ya no pelea tanto con la mamá, la
vería más alegre y vería que comparto más con él. Oh (se le llenan los ojos de
lágrimas) no había pensado en eso, no había pensado que casi no lo pesco, que
llego a la casa y como siempre estoy enojada con todos me encierro en mi pieza.
Y yo lo quiero mucho… No soy un buen ejemplo… Entonces él vería a una hermana
mayor más centrada y que comparte con él….”
Fue el inicio del cambio de C.
Luego de esa sesión en la que exploramos un futuro posible sin el problema, y
en la que observó vertientes de cambio que antes no había vislumbrado, su vida
comenzó a dar un giro. Un giro en la forma que ella encaraba su vida, a su
familia, a sus compañeros. Partió estando más cerca de su hermano y discutiendo
menos con la mamá. Cambio que se inicia al mirarse a través de los ojos de su
hermano menor, quién tenía un diagnóstico de asperger. Con el tiempo el cambio
abarcó su familia extensa, ya que vive en casa de su abuela; la relación con
los compañeros de colegio, sentirse más libre de estar con amigos y mirarse al
espejo y encontrarse bonita…
“No sé qué pasó pero me llevo
mucho mejor con mi mamá y ahora pienso que era yo la del problema. No es que mi
mamá no sea estricta, pero o ella anda más simpática o yo la veo mejor”
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